Conoce más sobre la gigantomastia y cómo se soluciona

Cuando hay gigantomastia o el desarrollo excesivo de mamas, se pueden generar problemas tanto a nivel físico como emocional. Sobre todo en la adolescencia y en la juventud, se pueden generar complejos, que alteran el desarrollo social de las mujeres. 

Por la parte física y la salud, son frecuentes: Dolores en la espalda y cuello, óseo cervical, que pueden terminar en deformidades de la columna, la irritación de la piel (que puede llegar a infecciones por hongos), y hasta dificultades respiratorias. Por todo esto, una reducción de mamas va más allá de mejorar la estética de una persona, significa mejorar su calidad de vida. 

Existen diferentes técnicas para poder realizar este procedimiento: Reducción clásica, técnica de cicatrices reducidas y liposucción mamaria.

La reducción clásica de mamas, es común que la paciente al mismo que tiempo que busca  disminuir el tamaño, también quiera levantar las mamas para mejorar su aspecto. Por ende, se pueden incluir prótesis mamarias. Algo importante a considerar, es que la paciente no tenga subidas y bajadas importantes de peso, porque inevitablemente afectará el resultado de la cirugía. También, que este tipo de cirugía no deja cicatrices pequeñas, pero que luego pueden disminuirse con láser, una vez la piel quede recuperada. 

Por otro lado, la liposucción mamaria, funciona para pocas mujeres; idealmente aquellas con senos con alto contenido graso, generalmente mayores de 45 años, con un poco de sobrepeso y pechos blandos o flácidos. Esta técnica no deja cicatrices.  

En general, no se requiere postoperatorio con ninguna de las técnicas. La incapacidad es de 10 a 15 días y los resultados finales se perciben entre 3 a 4 meses siguientes, dependiendo de la cicatrización del paciente. Las cicatrices verticales serán en forma de “J” o “T” invertida, en función del tipo de técnica que se utilice, la edad del paciente, el estado de su piel y de las mamas.

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